Respondemos a dos preguntas sobre la ley de libertad sexual

La ley de libertad sexual (la del “sólo sí es sí”) ha sido aprobada hace menos de un mes. Queremos dar respuesta a dos preguntas que se plantean a menudo al respecto, hasta casi convertirse en afirmaciones. En su momento hablamos aquí sobre el concepto de consentimiento y lo que implica, por si quieres echarle un vistazo.

1. ¿A partir de ahora será necesario firmar un contrato antes de mantener cualquier encuentro erótico?

NO. El punto fundamental de la ley reside en cambiar un modelo de consentimiento basado en el “no es no” por otro basado en el “sólo sí es sí”. Eso significa que, hasta ahora, sólo se consideraba un delito grave que una relación sexual se mantuviera mediante coacción o con una feroz resistencia por parte de las mujeres. Pero sabemos que no hace falta resistirse para hacer algo que en realidad no se quiere hacer: por miedo, por vergüenza, por no querer hacer sentir mal a la otra persona, por no sentir que estamos cortando algo a lo que hemos dado pie…

La nueva ley establece que serán delito aquellas relaciones en las que no haya habido un consentimiento explícito, pero consentimiento no es lo mismo que contrato: un contrato implica comprometerse de antemano a según qué cosas, y en los encuentros eróticos no hay un guion previo. Respecto al consentimiento, se puede decir que sí verbalmente, y está bien que sea así, porque en el encuentro erótico también se puede hablar: así sí, así no, hasta aquí, me estoy rayando, esto no lo veo, esto sí, sigue por fa… Pero también se puede decir que sí de otras muchas formas (con el cuerpo, con el gesto, con la mirada, con los sonidos). Eso era así antes de que se reflejara en una ley, porque los encuentros eróticos sólo molan si hay un obvio disfrute por ambas partes. Antes y ahora.

¿No sabes bien lo que está sintiendo o lo que te quiere decir la otra persona? Mejor preguntar que dar por hecho. ¿Percibes algún tipo de incomodidad? Mejor parar.

2. ¿A partir de ahora no va a ser posible entrarle a alguien, y todo lo que tiene de divertido ligar va a perderse para siempre?

NO. Está claro que una parte del juego de la seducción es explícita (me gustas, quiero hacer esto contigo), y está claro que la seducción tiene otra parte implícita. Y también que, como los códigos no son universales, esta parte puede dar lugar a malentendidos y situaciones incómodas. Y la ley no dice que alguien pueda ir a la cárcel si eso ocurre.

Además, el debate sobre si esta ley es compatible con que la seducción no pierda su magia, es totalmente falso: podemos desear muchísimo a otra persona y hacérselo saber, sin violentarla lo más mínimo y sin sobrepasar sus límites.

Nos queda mucho que reflexionar sobre si somos lo suficientemente libres para expresar nuestros deseos, lo que nos apetece, lo que queremos. Y también mucho que aprender sobre cómo hacérselo saber a la otra persona, sobre cómo “leerlo”, aceptarlo y respetarlo. Pero lo que sí está claro es que esta ley no va de contratos, va de garantizar nuestra libertad sexual.

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