¿Fantasmas en tu relación de pareja?

Muchas veces, comenzar una relación de pareja da miedo; o, por lo menos, es habitual sentir cierta inseguridad, inquietud y nervios. En primer lugar, por lo que implica estar en pareja (“JOLÍN, ESTO VA EN SERIO”); pero también por un gran listado de “Y si…”.

Los “Y si…” nos mantienen en continua alerta; como ocurre en las pelis de miedo, en las que cualquier pequeño ruido hace sospechar que algo malo va a suceder.

Nuestras experiencias en relaciones pasadas pueden tener impacto en las relaciones actuales y futuras; de hecho, podemos sentir miedo a que ciertas cosas se repitan. Cada relación es única y con una persona distinta, razón suficiente para que no vuelva a sucedernos exactamente lo mismo, o para que lo enfrentemos de diferente forma. Por eso, una de las claves está en nosotras/os:

  • ¿Comienzo esta relación habiendo “cerrado” del todo la anterior, o llego con temas pendientes?
  • ¿Qué estoy buscando en esta relación?
  • ¿Qué he aprendido de mis relaciones pasadas que pueda poner en juego en ésta?

Otro miedo habitual relacionado con los fantasmas del pasado es que la relación se rompa como lo ha hecho en otras ocasiones. Es cierto que muchas veces las relaciones se rompen, pero, aun así, lo hacen por diversos motivos. En cualquier caso, las rupturas no siempre son dolorosas, y, por supuesto, no tienen por qué suponer un fracaso.

Más miedos: ¿Y si no le gusto tanto como me gusta a mí? ¿Y si se cansa de mí? ¿Y si queremos cosas distintas? Las relaciones de pareja se inician cuando ambas personas así lo deciden en un momento determinado y terminan cuando una o las dos personas así lo deciden, también. Por el camino habrá diferentes formas de expresar lo que cada quien siente, y lo importante aquí nunca es cuánto, sino cómo. Lo que está claro es que no tenemos forma de saber cómo discurrirá (o terminará) el asunto, y que tiene poco sentido vivir con temor al futuro sin estar presente en el presente.

Puede suceder, además, que, alguien sienta que una relación de pareja estable implica perder espacios propios para cedérselos al espacio común creado con la otra persona. Pero nada más lejos de la realidad: un aspecto clave para sentir que la relación funciona es, precisamente, mantener un espacio propio además de compartir lo común. De esta forma, podremos mantener todo aquello que nos gusta y que queremos hacer, en algunas ocasiones solo/a y, en otras, con la pareja.

Estar en pareja implica asumir un compromiso con uno/a mismo/a y con otra persona y hay quien tiene miedo precisamente a eso. El miedo al compromiso puede estar ligado al temor a perder esos espacios propios tan importantes, a las propias movidas personales, y también a la concepción de pareja que tenemos socialmente, cargada de mitos que convierten al amor en algo casi inmanejable. Estar en pareja puede ser fantástico cuando se decide estarlo, se escoge libremente y se abre la puerta a construir en común, pero siempre desde una perspectiva realista.

No hay un truco mágico que asegure que una relación de pareja funcione, pero sí algunos tratos que podemos acordar con la otra persona, para que estos miedos, si aparecen, sean detectables y manejables. A base de tratos y acuerdos podemos lograr no sólo que la relación se mantenga, sino hacer que de ella salga lo mejor de cada uno/a y de lo común.
Así que… ¿Truco o trato?

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