El fenómeno piñagate

¿Es universal el lenguaje de la seducción? En medio de esta curiosa tendencia del «piñagate», exploramos el fascinante mundo del ligoteo. ¿Y tú? ¿Prefieres los códigos secretos o ser directa/o?

A partir de ahora, podremos contarles a nuestros nietos y nietas que, durante un mes, una piña 🍍​ del revés en el carro del supermercado y un paseo por la sección de vinos 🍷​ fue un código para ligar. Aprovechamos la locura del «piñagate» para hablar del lenguaje secreto de la seducción 🤫​.

 

¿Qué hay detrás de estos códigos? ¿Realmente existe un lenguaje universal para ligar? 🤔​ La respuesta es complicada. Los códigos para ligar son culturales y, muchas veces, son aprendidos, compartidos y usados -con más o menos éxito- con la esperanza de enviar una señal de interés. En su momento fue el abanico, y en función de su posición, las mujeres podían decir “me gustas”, “no me interesas”, o “te quiero”. Luego nos volvimos más modernos con los emojis: la berenjena 🍆, el melocotón ​🍑​, las gotas 💦… ya sabes. 

 

Sin embargo, algo importante a tener en cuenta es que estos códigos no son universales. Lo que para algunas personas es una clara señal de interés, para otra puede ser algo totalmente descocido y ser interpretado como un gesto random 🤷​. O incluso darle un significado totalmente contrario. Hay personas que se pasan la vida lanzando señales sutiles u obvias que la otra persona simplemente no capta, y otras para las que todo parece ser una señal, incluso cuando no lo es.

 

El problema con los códigos para ligar es que a veces pueden llevar a malentendidos. Imagina pasar horas perfeccionando ese gesto sutil, esa rebuscada combinación de emojis, o la selección de productos de tu cesta, para que la otra persona entienda que has echado una pizza porque estás buscando algo rápido y poco elaborado. Todo eso para que nadie lo entienda, o peor, para que lo interpreten mal. Aunque es muy divertido jugar con estas señales -y le dan al juego de la seducción un punto muy interesante-, siempre está bien tratar de encontrar los equilibrios: a veces es mejor dejarse de códigos e indirectas y, simplemente, hablar claro 🗣️​. Decir lo que sientes y preguntar lo que quieres saber puede ser mucho más efectivo. Y, honestamente, menos cansado.

 

En el fondo, la seducción es un juego de comunicación; y, como en cualquier juego, las reglas pueden cambiar según el lugar y las personas. Así que la próxima vez que veas a alguien con la piña del revés en el carrito, tal vez te animes a seguir el juego, o tal vez decidas que una sonrisa y un “hola, me he fijado en ti” son suficientes. Porque a veces es importante ser auténticos y directos con lo que buscamos, sin necesidad de frutas tropicales y códigos complicados.

 

Pero, espera un momento ☝️​. La verdad es que la próxima vez que veas a alguien con una piña del revés en el súper, seguramente sea porque a esa persona le apetecía comer piña, sin más. Por eso no está mal que le demos una pensada a cómo muchas veces nuestras interacciones están marcadas por estrategias de marketing de empresas privadas, a las que no les importan nada nuestros juegos de seducción, sino seguir alimentando la sociedad de consumo.

 

Así que, aquí va una invitación al consumo responsable, y un recordatorio de que los códigos para ligar no siempre son necesarios porque la mejor señal es simplemente ser tú mismo/a 😉

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