«Hazle caso a tu amiga, ella tiene razón. Yo voy a romperte el corazón, voy a romperte el corazón”. Seguro que reconoces esta canción de Bad Bunny, que hoy nos sirve de excusa para hablar de algo que está muy de moda.
Las “red flags” 🚩 (o banderas rojas) en las relaciones eróticas y de pareja; esas señales que lanza una persona, que nos dan mala vibra y que, de alguna forma, nos dicen que por ahí no es. Otra cosa es que les hagamos caso o no, pero por nuestra parte que no quede decirte: AMIGA/O, DATE CUENTA, si te encuentras en alguna de estas situaciones.
⚠️ “Voy a romperte el corazón”. ¿Red flag 🚩 u honestidad y cuidado?
Cuando alguien le dice a otra persona que va a romperle el corazón, lo hace porque siente que esa persona se está pillando, y que él o ella no. Y porque, a la vez, quiere mantener todas las cosas buenas que esa relación le ofrece (atención, cuidados, placer, o lo que sea). Advertir a alguien de que vas a dañarle es una forma de eludir una responsabilidad, cargando con ella a la otra persona, quien, si sufre, será por haberse quedado a pesar de la advertencia. Puesto que lo que decimos y hacemos tiene un impacto en las personas con las que nos relacionamos, aquí no vale con decir “quien avisa no es traidor”.
DISCLAIMER. El hecho de que aprovechemos esta canción para hablar de este tema no significa que estemos diciendo que es horrible y cancelable. Sólo es eso, un ejemplo para hablar de un tema 😊.
Por cierto, no es nada fácil irse de una relación cuando la otra persona nos advierte pero a la vez tenemos con ella una intimidad que nos nutre. Es muy habitual que, en esas circunstancias, se activen mensajes que tenemos interiorizados, del tipo “no te has podido comprometer con nadie, pero conmigo ya verás que va a ser diferente”.
Aquí va un spoiler vital: el amor nos cambia en la medida en que queremos cambiar, pero no podemos cambiar a nadie con nuestro amor.
⚠️ Celos. ¿Red flag 🚩 o muestra de interés y amor?
Es habitual decir que hay unos celos que son “malos”, y por lo tanto una red flag; y otros que son buenos porque nos hacen ver que la otra persona siente interés por nosotros/as. Por eso es importante pensar un poco en cómo funciona esto de los celos.
Cuando estamos en una relación (de pareja, o erótica; pero también de amistad), muchas veces sentimos que estamos sentados/as en una especie de trono en el que recibimos un montón de cosas de la otra persona (su tiempo, sus energías, sus cuidados, sus gestos, su amor, sus regalos), que suponen un privilegio. Los celos son el sentimiento de que alguien o algo va a usurpar ese trono, y tienen más que ver con la inseguridad que con el amor en sí mismo.
La forma que tienen algunas personas de gestionar esos celos pasa por tratar de controlar aquello que les genera inseguridad; y, en definitiva, a su pareja. Pero aquí va otro spoiler vital: no hay nada que podamos hacer para que la otra persona mantenga sus sentimientos hacia nosotros/as o su intención de continuar con la relación. Quien quiere estar, está. Y quien no, se va. Y además, ¿por qué querríamos estar con alguien que no quiere estar con nosotros/as?
⚠️ Montar un pollo de vez en cuando. ¿Red flag 🚩 o muestra de carácter?
Imagina que estás comenzando a conocer a alguien, y en una de vuestras citas se produce un pequeño accidente entre tu acompañante y una tercera persona (se chocan, se dan un pequeño golpe con el coche, lo que sea). Imagina que su forma de resolverlo es entrar en cólera, provocando una situación muy tensa que está a punto de acabar mal.
Algunas personas sienten una especie de admiración por esta forma de gestionar el conflicto porque les parece que la otra persona tiene carácter, personalidad y, por qué no decirlo, pelotas. De hecho, éste es un aprendizaje que los hombres reciben desde que son pequeños: si no lo resuelves con un poco de violencia eres un “sinsangre”.
Aparte de que ese tipo de situaciones se pueden volver contra uno/a, piensa que la forma en la que las personas resuelven sus conflictos con otras es un indicador de cómo las van a resolver contigo. ¿Qué va a pasar cuando estemos hablando de algo profundo o complejo?
⚠️ Ahora te intereso y ahora no. ¿Red flag 🚩 o cada quien necesita sus tiempos?
La red flag de las red flags es la intermitencia en las relaciones: que una persona muestre muchísimo interés en ti y, después de eso, que lo que encuentres sea desinterés o silencio. Y después, otra vez interés… y así.
Es muy fácil engancharse a una relación de este tipo porque perdemos el control de lo que ocurre y de la atención que recibimos, así que toda nuestra atención se desplaza hacia la otra persona. Así funcionan las máquinas tragaperras, por ejemplo.
En este punto merece la pena parar un segundo y pensar si a lo que nos estamos vinculando es a la otra persona, o simplemente a esa intermitencia. Es tremendamente importante que, en nuestras relaciones, podamos construir la sensación estable de que la otra persona está.
Por eso, cerramos con una bandera verde; porque, a veces, las damos por hecho, pero también es importante que aprendamos a reconocerlas. Ahí va: DONDE PUEDAS SER, AHÍ ES.