La navidad es un momento del año en el que los encuentros familiares y sociales se multiplican por mil, y con ellos la posibilidad de enredarse en conversaciones incómodas, tensas e incluso desesperantes. Más allá del contenido político, que sabemos que siempre causa furor entre brindis y turrones -incluyendo el feminismo, que sabemos que genera más opiniones que variedades de marisco se comen-, hay ciertos comentarios que podemos y debemos evitar. ¿Por qué? Porque, aunque nos resulte sorprendente, se puede conversar con otras personas sin dar por hecho cosas.
Aquí van algunas claves para que la cena de Nochebuena salga rodada:
- No se opina sobre los cuerpos de la gente. Seguro que alguna vez tu tía Concha ha lanzado un comentario del tipo “Uy, estás más gordita/o”. Aunque la intencionalidad seguro que no es mala, estos comentarios generan muchísimo malestar en las otras personas, y además no sabemos qué puede haber detrás de esos kilos de más (o de esos kilos de menos). Todo el mundo tiene un espejo en su casa, así que recuerda la regla de los cinco segundos: si vas a pedirle a alguien que se retoque algo (de su físico, de su aspecto, de su ropa, etc.) sólo puedes hacerlo si ese retoque puede hacerse en cinco segundos.
- El consentimiento y más allá. Es muy típico pedir a los primos/as pequeños/as o sobrinos/as que nos den un beso para saludarnos (o enfadarnos con ellos/as cuando no quieren hacerlo). Pues bien, es importante reforzar la idea de que, si en ese momento el/la peque no quiere dar un beso a alguien, no tiene por qué hacerlo. Eso no es ser maleducado/a o “despegado/a”; con eso estamos permitiendo el establecimiento de límites, de decir qué sí y qué no, sin que eso suponga un chantaje o un drama.
- ¿Y la boda pa’ cuando? Míticas también todas aquellas preguntas relacionadas con la pareja: cuándo te vas a echar novio/a, cuándo os vais a casar, cuándo vais a tener hijos/as y un largo etcétera del proyecto parejil. Bien, a veces no hay pareja, o boda o hijos/as porque no se quiere, y es igual de válido que cuando sí. Otras, los deseos y la realidad van por caminos diferentes, y podemos hacer mucho daño con determinados comentarios.
- Hay orientaciones más allá de la heterosexual. Muchas veces se da por hecho la heterosexualidad de las personas, y se pregunta directamente por el novio o la novia. Sería interesante comenzar a incluir la diversidad en esas preguntas, porque ya que vamos a preguntar (y cotillear😉) hagámoslo bien, ¿no?
Podríamos escribir mil claves para mantener conversaciones más respetuosas, pero vamos a ir poquito a poco, que no queremos darle la cena a tu Tío Candi. Por cierto, últimamente hay mucha gente que dice que ya no hay libertad y que ya no se pueden hacer chistes sobre nada porque todo se considera ofensivo. Si “chistes sobre nada” son chistes homófobos, chistes racistas y chistes machistas, pues no, ésos no se pueden hacer.
Apostemos por conversaciones sanas, respetuosas, estableciendo límites y favoreciendo espacios seguros y amables donde compartir tiempo con nuestras personas. Puede sonar algo «repipi», pero la Navidad es un tiempo un poco así, y nos encantaría que pudieras disfrutar de estos encuentros de manera libre y segura, dejándote llevar y siendo quien eres sin vergüenzas ni frenos.
¡Felices fiestas!🎉