Sexting con confianza y respeto

¿Has oído hablar de la práctica «sexting»? La mejor forma de disfrutar de ella es sin correr riesgos y apostando por la confianza y el respeto. ¡Te contamos todo!

Si hablamos de riesgos en el contexto de las relaciones eróticas, uno de los más preocupantes ahora tiene que ver con el contenido que se comparte a través de internet. Por ejemplo, fotos que se envían en una conversación que en un momento dado sube de tono, y que pueden acabar en los móviles de otras (muchas) personas.

Hay una forma de resolver esto: no enviar fotos. De hecho, gran parte de los mensajes que reciben las personas jóvenes de personas adultas (familias, profesorado, medios de comunicación y autoridades) recomiendan eso. Pero seamos serios/as: decirle a la gente -así sin más- que no se envíe fotos no resuelve nada si esas personas no han tomado esa decisión. No enviar fotos es una opción estupenda cuando es producto de una decisión individual y cuando esa decisión es consecuencia de una reflexión. Por eso las personas adultas tenemos la responsabilidad de no quedarnos en lo superficial y de facilitar espacios para hablar y pensar sobre este tema. ¿Qué es lo que haría yo si alguien me pidiera una foto en ese contexto?

Y ojo. Al margen de recordar que no enviar fotos es una forma de no correr riesgos, hay otras formas de prevenir riesgos si alguien decide enviarlas. Porque… ¿por qué va alguien a enviar fotos? Pues porque es una forma de práctica sexual: produce excitación y placer, y conecta a dos personas desde su deseo. Y porque es inmediata; en un momento en el que esa excitación se “apodera” de todo y hace difícil pensar con la cabeza fría porque todos los sentidos se dirigen al objeto de deseo (la otra persona, sus palabras y sus fotos), sólo hacen falta dos clicks para tenerlo. Lo inmediato se pone al servicio de esa urgencia.

Nada en un ‘formato presencial’ es tan inmediato. Mientras que en lo presencial suelen darse circunstancias que hacen que nos replanteemos ciertas cosas (por ejemplo: los encuentros cuerpo a cuerpo tienen su puntazo pero nos hacen más vulnerables), cuando enviamos una foto no tenemos frente a nosotros/as a la otra persona, ni tenemos que mirarla a los ojos, y podemos tener una falsa percepción de que “no pasa nada”.

Precisamente porque la inmediatez nos puede jugar una mala pasada en un momento de calentón, te animamos a que le eches una pensada en frío al asunto (y al envío). Y recuerda algunas cosas que pueden ayudarte a prevenir los riesgos:

  • No es lo mismo enviar una foto de tu cuerpo en la que se te ve la cara, que una en la que no te pueden identificar.
  • No es lo mismo enviar una foto a través de una aplicación que descarga directamente tus fotos en el móvil de la otra persona, que a través de otra aplicación que sólo permite ver la foto durante unos segundos y no descargarla.
  • Y tampoco es lo mismo enviar fotografías explícitas de tu cuerpo o tus genitales, que otras más sutiles y sugerentes que despierten la imaginación de la otra persona.

Además, si quieres seguir reflexionando sobre este tema, te invitamos a ver este vídeo.

https://www.youtube.com/watch?v=-2BH6FhhAZo

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