Ghosting o el arte de desaparecer, que por cierto no es nuevo

Las nuevas tecnologías han cambiado la forma en la que nos relacionamos con los otros, para bien o para mal. ¿A quién no le ha ocurrido que conociendo a alguien esta persona desaparece sin explicación alguna? Después de chatear un tiempo, quedar incluso, esa persona sin explicación se esfuma de tu vida, sin motivo aparente y no vuelves a saber nada de ella. Esto es lo que se conoce como ghosting, y es una práctica más habitual de lo que creemos.

Acabar de la noche a la mañana con una relación sin decir nada no es precisamente nada nuevo. Pero las nuevas tecnologías han permitido hacerlo de forma inmediata, rápida y sin tener que enfrentarse a la situación de una ruptura ni a la reacción de la otra persona. Rompemos el vínculo con los demás sin tener que hacerlo.

El distanciamiento físico y emocional con los otros dificulta la creación de vínculos y empatizar, pues en muchos casos no llegaremos a conocerlos nunca.

La pauta más habitual en el ghosting es bloquear a la persona en redes sociales y en chats o, incluso, dejando de acudir a los lugares donde solía salir. También puede suceder lo contrario, pudiendo comprobar que sigue con su vida como si no hubiese pasado nada. La persona entonces se ha convertido en un fantasma. Este método es una opción atractiva para ciertas personas, pues evitan enfrentarse a una ruptura y a las posibles reacciones del otro y creen que al hacerlo ésta entenderá esta desaparición como el final de la relación. Sin embargo, puede suceder que el otro se quede con gran incertidumbre y un montón de preguntas sin resolver.

Esta forma de actuar puede deberse a que la persona tiene problemas para manejar los conflictos e intenta evitar los enfrentamientos. Romper con alguien puede ser complicado, pero podemos hacerlo de muchas formas.

Las personas que hacen ghosting pueden no ser conscientes del daño que causan. Esta forma de acabar con el contacto o relación con alguien trae consigo consecuencias negativas en la autoestima de la otra persona, que intenta encontrar los motivos por los cuales ha actuado así. ¿Qué he hecho mal?, ¿no soy suficiente?, ¿seguimos o no juntos?, ¿será que quiere espacio?, ¿le habré agobiado? La mayoría de las veces no tiene que ver con nosotros/as.

Esta situación lleva como consecuencia un duelo, es decir, afrontar una pérdida como es el fin de una relación. Al no contar con los motivos de la ruptura ni respuesta a sus preguntas este proceso se hace más complicado. No existe sensación de cierre.

El duelo dependerá de las características de la relación: el tipo de vínculo (pareja, amistad, ligue, rollo…), el tiempo que haya durado la relación, el afecto hacia la otra persona, el compromiso establecido (una relación, una persona de una noche, haber tenido un par de citas…).

A su vez también puede suceder que la persona que hace el ghosting sufra, teniendo que lidiar con sentimientos de culpabilidad y remordimientos. Pero precisamente una vez hecho, será más probable que la persona lo vuelva a hacer, pues experimentará cierto alivio de haber evitado el conflicto.

Alternativas al ghosting:

  • Ponernos en el lugar de la otra persona, reflexionar si nos gustaría que hiciesen eso con nosotros/as y cómo nos sentiríamos al respecto.
  • Respetar a la otra persona, pues ha formado parte de nuestra vida y qué mínimo que hablar con ella y darle los motivos por los que queremos acabar la relación.
  • Responsabilizarse de la relación, en lo bueno y en lo malo.
  • No es fácil dejar a una persona o una relación, pero hay formas de hacerlo intentando causar el menor daño posible. Para ello contamos con la asertividad, que es la capacidad de decir lo que uno piensa sin herir los sentimientos de los demás.

¿Qué puedes hacer/tener en cuenta si te hacen ghosting?

  • Es lógico que te sientas mal con la situación, habías empezado a conocer o tenías una relación con alguien y sin ningún tipo de explicación desaparece de tu vida.
  • Pueden aparecer diferentes emociones: dolor, decepción, rabia, tristeza, vergüenza… Permítete sentir y expresar tus emociones, sea cual sea.
  • Valora el vínculo que tenías con esa persona. Hay veces que consideramos que esa relación era más de lo que realmente es.
  • Hablar con alguien de confianza nos puede ayudar a procesar lo ocurrido y a darnos un punto de vista diferente al nuestro. Muchas veces, desde la distancia se ven las cosas de otra manera.
  • Desconoces los motivos por lo que ha hecho esto, por lo que no hay motivos para pensar que es tu culpa.
  • Intenta no darle demasiadas vueltas al tema, la persona ha tomado su decisión y no hay nada que puedas hacer.
  • Dedícate tiempo a ti mismo/a: come y duerme lo necesario, haz ejercicio físico, actividades de ocio o hobbies…
  • Toca aceptar la situación, quizás hay que asumir que la relación no tendrá el final esperado o deseado.
  • No lo olvides, ¡valórate!

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