Arrepentirse de algunas decisiones es normal. Lo importante es aprender de las experiencias.
Cada 2 de febrero desde 1887, los/as habitantes de un pueblito de Pensilvania confían la predicción del tiempo para los siguientes meses a la marmota Phil. En los años 90, esta tradición se hizo popular gracias a la peli Atrapado en el tiempo, en la que su protagonista, Phil Connors, se ve obligado a repetir una y otra vez el día 2 de febrero en un ciclo infinito. Si no la has visto estás tardando.
La razón por la que nos hemos acordado de ella, es que Phil obtiene lo que seguro has deseado tener alguna vez: infinitas oportunidades para corregir tus errores, también en lo relacionado con la sexualidad.
Mirando hacia atrás, muchas personas desearían haberse comunicado mejor; haber encontrado las palabras para decirle a la otra persona lo que sentían, o para romper una relación sin que la otra persona se sintiera humillada. Haber comunicado sus deseos, sus límites y sus expectativas de una manera clara, de forma que no hubieran acabado atrapados/as en malentendidos y situaciones incómodas.
Otras se arrepienten de haber cedido ante la presión de su grupo de amigos/as, de los medios de comunicación o de las expectativas sociales, en lugar de seguir sus propios deseos y límites. Personas que se han sentido enormemente inseguras sobre sus cuerpos y sus deseos por culpa de los estándares poco realistas; y que desearían haber aprendido a aceptarse a sí mismas y dejar de pelearse con su cuerpo. O que desearían haber cuidado más de sí mismas, tanto a nivel físico y como emocional.
Hay mucha gente que se reprocha no haberse protegido lo suficiente en sus encuentros eróticos, y haberse expuesto a riesgos como los embarazos no planificados o las infecciones, con su consecuente penitencia de semanas o meses hasta poder realizarse un test o una prueba y respirar.
Muchas personas lamentan haber permanecido en relaciones que era poco saludables, que les hacían daño, o en las que, directamente, estaban perdiendo el tiempo porque la otra persona quería todos los privilegios de una relación a coste cero y sin ningún tipo de compromisos. También hay personas que sienten no haber entendido la importancia del consentimiento o se han sentido fatal por no haber podido decir no quiero esto, o no quiero esto ahora, o no quiero esto aquí; o, directamente, no quiero esto contigo.
No podemos volver atrás en el tiempo, pero lo que sí podemos hacer es tomar la experiencia como referencia para el futuro, y poder incorporar todo aquello que hemos echado de menos en anteriores ocasiones para intentar minimizar ese sentimiento de “ojalá haber podido hacer las cosas de otra manera”. Esto no va a garantizar que todo vaya a ir sobre ruedas, o que no vayamos a cometer errores, pero seguro que pueden echarnos un cable para sentirnos más seguros/as.
Ahí van algunas claves:
- Los «errores» son oportunidades de aprendizaje y podemos aprender “a pesar de”; pero también podemos adelantarnos y aprender “gracias a” (lo que hemos aprendido, las decisiones que vamos tomando, etc.)
- La información es fundamental para poder tomar mejores decisiones. Es muy difícil saberlo todo, pero existen recursos donde poder informarse cuando nos sentimos perdidos/as ante una situación determinada.
- Conoce tus necesidades y también tus límites. Saber lo que uno/a quiere, en una relación es muy importante para identificar cuando algo no está marchando como debería, en base a nuestros criterios e intereses. Y ojo, porque nuestras necesidades y límites hay que ponerlas en juego con la otra persona. La comunicación clara y eficiente y los acuerdos nos ayudan a poner las cosas en orden.
- Importante: que algo no salga bien en un momento o relación determinada no quiere decir que no lo vaya a hacer en otros momentos o con otras parejas.
En definitiva, el Día de la Marmota, bien como peli, pero intentemos no anclarnos y busquemos nuestras herramientas para sentirnos bien en un camino que sabemos que no es sencillo.